Este es un ritual de siete días cuyo momento más indicado corresponde al solsticio de verano, el 11 de junio. Tal fecha es la de la luna de fresas», cuando los labradores de la Europa septentrional solían recoger sus fresas y otras cosechas a la luz de la luna.
Se trata de «la puerta del año», la época de máxima luz y de oscuridad mínima, cuando la puerta se abre simbólicamente para dejar que penetren la luz solar otorgadora de la vida y todas las demás cosas buenas, y con el fin de excluir a los espíritus malignos.
Prepare este sortilegio unos días antes de tal fecha, porque necesitará comprobar que los espejos se hallan correctamente dispuestos.
𝑴𝒂𝒕𝒆𝒓𝒊𝒂𝒍 𝒏𝒆𝒄𝒆𝒔𝒂𝒓𝒊𝒐:
Dos espejos
Dos recipientes con flores anaranjadas
Dos velas anaranjadas
Una cinta blanca
𝑴𝒆́𝒕𝒐𝒅𝒐:
Elija una estancia de su casa en donde penetren los primeros rayos solares de la mañana, porque necesitará bañarse en la luz solar.
Coloque cada espejo tras un vaso con flores en los lados opuestos de la habitación, de modo tal que uno de los espejos recoja la luz del sol y la refleje al otro. Marque siete segmentos iguales en las velas y póngalas cerca de los espejos. Encienda las velas tan pronto como el sol llegue a sus espejos.
Mientras que arden hasta llegar a la primera marca, rodee con el extremo de la cinta su dedo índice derecho y deje que cuelgue el resto,
Colóquese entre los espejos en el haz luminoso, recoja los rayos del sol hacia su cuerpo con la cinta colgante y concentre su mente en el haz. Solicite del sol salud y bienestar espiritual y manifieste agradecimiento por hallarse en su compañía.


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